En casi todo el desierto no hay más que arena, acompañada de un inclemente sol por el día y un frío gélido por la noche. No es de extrañar que sea muy fácil enfermar en un entorno tan hostil.

La velocidad de las monturas, como caballos y carromatos, se reduce en el desierto. Además, tendrás problemas para guiarte con el mapa (tecla rápida: M) y el minimapa.

Las tormentas de arena son otro de los grandes peligros que entraña este páramo desolado. Prepárate bien para ellas o lo más seguro es que no vivas para contarlo. En resumen, tendrás que tener en cuenta las particularidades de esta zona y cómo combatirlas antes de adentrarte entre sus arenas.

Pero no todo son inconvenientes, ya que el desierto está a rebosar de riquezas y desafíos que esperan a los más atrevidos. Hay, por supuesto, formas de hacer esta empresa más accesible. Aquí es donde entran las monturas del desierto: los camellos y los elefantes.

Las altas temperaturas que se dan durante el día pueden causarle una insolación a tu personaje, lo que hará que su salud se reduzca poco a poco hasta que se le aplique una cura.

Aunque si pillas una enfermedad del desierto, sea una insolación o hipotermia, puedes restaurar tu salud con pociones y métodos similares hasta que desaparezca el penalizador, recomendamos que uses un objeto específico para curar estas dolencias y así facilitar tu viaje.

Recomendamos llevar siempre encima tanto agua purificada como té de anís si tienes intención de viajar por el desierto.

También, si ves que has cogido insolación o hipotermia y no tienes ninguno de estos objetos a mano, puedes intentar llegar al Oasis de Ibellab. Para curar la hipotermia, tendrás que acercarte a una hoguera y, para curar la insolación, tendrás que meterte en el agua.

El otro gran peligro del desierto son las famosas tormentas de arena. Estos temibles azotes de la naturaleza causan un daño enorme a los infortunados que pille de por medio.
Si notas que se acerca una tormenta, será mejor que corras en dirección contraria como alma que lleva el diablo. Si no has podido evitar que te pille una, puedes montar una tienda y refugiarte en ella hasta que amaine la tormenta o pase de largo.

Puedes comprar el [Kit de montaje de tienda del desierto] a los maestros de establos de Mediah y Valencia. Luego pulsa clic derecho en tu inventario para montar la [Tienda del desierto]. Como dice su nombre, este tipo de tienda solo se puede usar en el desierto.

También puedes acceder a estos lugares desde sus entradas habituales en las siguientes ubicaciones:

Hay tres formas posibles de escapar:

1. Cumplir la totalidad de la condena

Puedes limitarte a esperar a que termine tu condena rehabilitándote para volver a ser un ciudadano de provecho. Esto lleva su tiempo, por supuesto, y la mayoría de aventureros prefiere intentar escapar en vez de esperar tanto.

2. Escapa a hurtadillas

Puedes escapar de la cárcel evitando a los guardias. Avisamos que es extremadamente difícil si lo haces por primera vez. Los guardias que te vean te atacarán de inmediato y te recordamos que tu personaje va desarmado.

Hay tres puntos de resurrección en la cárcel y al morir aparecerás en uno de los tres al azar.

3. Hacerle un favor a cierta persona

El último método posible es hablar con cierto PNJ que está al lado de la entrada de la Cárcel de Pila Ku. Completa las misiones que ofrece para eliminar el penalizador y poder salir antes de la cárcel. No podrás salir de la cárcel a hurtadillas si tienes alguna de estas misiones activadas.

Una vez consigas escapar, aparecerás en el Oasis de Ibellab o en Muiquun, dependiendo de tu alineamiento.